Javier Martín: “Está bien bajar la inflación y un tipo de cambio estable, pero necesitamos políticas productivas.”

El recientemente reelecto presidente de FISFE analizó la actual coyuntura de la industria santafesina.
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05/05/2025
El presidente de la Federación Industrial de Santa Fe (FISFE), Javier Martín, brindó una entrevista al diario El Litoral, en la que calificó de “excelente medida” la decisión del Gobierno nacional de quitar las retenciones a las exportaciones industriales de un extenso listado de productos. Al respecto, consideró que “va en la dirección correcta de mejorar la competitividad de las exportaciones con valor agregado” y dijo que la entidad está “esperando el listado final de las posiciones arancelarias involucradas”.

Sin embargo, el recientemente reelecto referente, describió el actual contexto como “bastante difícil” por “las presiones que tienen en los costos, con un tipo de cambio relativamente estable, pero en un nivel que complica mucho las exportaciones”.

Consultado por la vinculación con los diferentes niveles de Gobierno, precisó que “a nivel nacional tenemos que reconocer que veníamos de un proceso de normalización  [a través del cual] se puso en orden la macroeconomía, se redujo sustancialmente la inflación, se estabilizó el tipo de cambio. Era necesario y es muy beneficioso porque sienta las bases para repensar tu negocio y planificar desde otra perspectiva. Pero con eso solo no alcanza. Necesitamos una política productiva. Que -además de la estabilidad monetaria, macroeconómica, inflacionaria, de tipo de cambio- haya políticas públicas activas para promover la generación de nuevos productos. Porque la única manera de salir de la pobreza es con nuevos puestos de trabajo privados y bien pagos. Y para hay que generar políticas públicas que lo promuevan. Evidentemente hay muchísimas oportunidades en la industria del gas, petróleo, minería, bioenergía, energías renovables, agroindustria, industria del conocimiento. También es cierto que no todos ellos tienen un alto impacto en términos de empleo. Por eso no nos tenemos que olvidar de otros sectores que, en general, son más transables, por lo cual están más expuestos a la competencia internacional. Santa Fe tiene mucho, por ejemplo, en la metalmecánica, textil, calzado, muebles; [sectores en los cuales] nosotros vemos con mucha preocupación la apertura de las importaciones y sobre todo la apertura potencial a importar maquinaria usada, que no es solamente agrícola”.

En esta línea, señaló que “la industria argentina y la santafesina están en condiciones de competir. Puertas adentro, la mayoría de las industrias ha invertido muchísimo en nuevas maquinarias, tecnología, industria 4.0. Pero hay otra parte que es extramuros, que refiere a costos de logística, de capital, de ciencia y tecnología, presión tributaria, infraestructura. En un país tan extenso como el que tenemos, seguimos transportando en camión, cuando tendríamos que utilizar mucho más el ferrocarril. Tenemos un sector informal muy alto con lo cual la presión real sobre el sector formal termina casi duplicándose”.

Asimismo, aseveró que “la única salida para generar divisas es la exportación y en ese sentido Santa Fe es una provincia que tiene muchas industrias exportadoras, pero se necesitan condiciones de competitividad. El tipo de cambio es importante [pero] no es la única. Que esté relativamente estable con una inflación en pesos que crece más que la divisa genera un aumento de los costos en dólares. Eso explica gran parte de la caída en las exportaciones, sobre todo las de mayor valor agregado. Y las realidades sectoriales son diferentes. Por ejemplo, hay temas de escala que son difíciles de compensar”.

Respecto de las industrias orientadas al mercado interno, destacó que “han venido sufriendo la involución del salario real, una mezcla de sectores formales, informales y jubilados que se puede ver en los índices de consumo, del comercio, que todavía no ha despegado. En la industria hemos tenido una caída importante en el primer semestre del año anterior, que se fue de a poquito recuperando, y desde enero estamos en una meseta, lo que nos preocupa porque, sobre todo las pymes, que ya expulsaron algo de mano de obra, no pueden continuar mucho tiempo con estos niveles. Hoy se está usando menos del 60% de la capacidad instalada, por lo que algo hay que hacer en algún momento. Hay que tener presente una cosa. Desarrollar la minería es muy importante, pero en total puede llegar a generar 80 mil puestos de trabajo, y en el último año ya perdimos más de 124 mil empleos privados. Después hay que ver, por el tema de RIGI, si todos esos dólares vienen a Argentina, porque las empresas tienen libre disponibilidad, con lo cual pueden cobrar en una cuenta en el exterior sin traerlos al país”.

Martín también vaticinó que Santa Fe tiene una gran oportunidad de vincularse con los sectores más dinámicos del modelo económico actual, como la energía, la minería, el gas y el petróleo. “Eso va a demandar reconvertir algunas producciones para adaptarse a lo que demandan. No es fácil, eso implica en algunos casos un salto tecnológico, pero muchas otras veces es generar certificaciones o sistemas de gestión que hoy no están. FISFE está haciendo un gran trabajo con la Provincia en la Mesa del gas, petróleo y minería. De hecho, estamos ahora proponiendo generar una especie de academia de empresas productoras para ayudar a que se vayan formando, certificando, capacitando; porque no es fácil acceder a esa gran industria. Es una enorme oportunidad y a su vez es un gran desafío porque esas empresas son muy grandes y en general también te hacen competir con importaciones de China, India, Turquía, Brasil, y muchas veces lo hacés en desigualdad de condiciones, por el costo país del que hablábamos anteriormente”, amplió.

De igual manera, subrayó que “vemos un enorme riesgo en el timing, o sea, entre el tiempo en el que abren las importaciones para fomentar la competencia, que es razonable, con el tiempo que lleva corregir las diferencias estructurales que tenemos en Argentina, que son entre cuatro y cinco años. Si las abren mañana, fuerzan a que las empresas argentinas salgan a la cancha con la mochila del costo argentino a competir contra un importador que muchas veces tiene otros costos laborales, otra legislación. Ya hemos vivido en el pasado este tipo de procesos y sabemos que genera desempleo estructural en un sector que es muy virtuoso, que genera empleo registrado con salarios que están 30% por arriba del promedio. Perder esos empleos duele muchísimo y empobrece a la economía porque quien lo pierde deja de consumir en una economía [en la cual] el 80% del PBI lo genera el mercado interno”.

Más adelante, explicó que la entidad tiene un “buen diálogo con los niveles técnicos del Gobierno nacional a través de la UIA, pero hay un gap importante con los niveles políticos, donde se toman las decisiones. Muchas veces los niveles técnicos no tienen poder de decisión y ahí estamos notando que falta un poco más de consensos. No sé si es un tema ideológico, puede ser desconocimiento, porque creo que si visitaran más nuestras industrias se darían cuenta que hay un sector que es innovador, que genera mano de obra, que invierte. De hecho, la mayor parte de la inversión en Argentina fue inversión privada pyme. No es cierto que la industria sea prebendaria, que esté acostumbrada a la protección. Puede haber casos, pero en general a la mayoría de los industriales les gusta competir, producir, incorporar tecnología, comprar maquinaria”.

Sobre el planteo de apertura comercial impulsado desde la Nación, indicó que “nos cuesta mucho entender ese proceso porque el mundo está funcionando completamente diferente. Están promoviendo la renacionalización de los procesos productivos y la reindustrialización de sus economías porque se dieron cuenta que con el proceso de globalización llevaron muchas producciones al sudeste asiático, que terminó en una precarización del empleo nacional, con algunos sectores que fueron incorporados por actividades de servicio, pero con salarios diferentes, lo que a la larga terminó empobreciendo a la economía en general. Creo que la mayoría de los bloques económicos comprendieron que hay dos colectivos, el consumidor y el trabajador. Mientras el colectivo consumidor dice ‘¿Por qué vamos a pagar más un producto si le podríamos importar a menor costo?’, el trabajador dice ‘Si importas, nos quedamos sin empleo. Y si nos quedamos sin empleo, va a haber menos gente que consuma’. Entonces, hay que proteger el empleo. Queda claro que no podés importar todo o nada, tiene que haber un equilibrio. Hoy la prioridad a nivel mundial es la protección del empleo local y en ese sentido vemos con preocupación el proceso de apertura que estamos siguiendo en Argentina. Parece que vamos a contramano de lo que está haciendo el mundo”.

Retomando la cuestión del vínculo con el Gobierno nacional, reconoció que “tenemos un vínculo muy fluido con los ministerios de Desarrollo Productivo, Trabajo, Educación y Medio Ambiente. Por supuesto, hay cuestiones en [las que] hemos avanzado muchísimo, otras cuestiones en [las que] se avanzó un poquito menos y cuestiones que siempre están pendientes de resolución. Pero el diálogo es fluido y hemos tenido respuestas a mucho de lo que solicitamos, aunque queden cuestiones pendientes de resolver, como el de la energía eléctrica. Entendemos que tiene que haber un marco regulatorio y un órgano de control para establecer cuáles son las reglas de juego, al que también esté subordinada la EPE. Hoy no lo tenemos y se generan situaciones complicadas porque el único camino es ir a discutir con la propia empresa”.

“El incremento en los costos para la industria ha sido muy importante. También estamos cuestionando seriamente el cargo por ampliación de demanda, que es un cargo administrativo que se le aplica a todo el que quiera ampliar su capacidad productiva, que es lo que entendemos debería promoverse. Además de cobrarte las obras de infraestructura complementarias, te aplican un cargo administrativo que en algunos casos implica pagar 100 millones o 130 millones de pesos, y entendemos que debería reverse. Por otra parte, vemos con muy buenos ojos toda la ampliación de la red de gasoductos, porque el gas es un insumo crítico para la industria, y algunas obras de infraestructura como la de Los Polígonos. En un contexto [en el cual] la Nación no está desarrollando obras públicas, es muy meritorio lo de la Provincia”, agregó, al respecto.

Para finalizar, ponderó que “hay una gran labor que debe realizar la dirigencia gremial empresaria industrial para mostrar lo que hacemos, que somos parte de la sociedad, que damos trabajo, que generamos valor agregado. No hay pueblo de la provincia de Santa Fe que no tenga una industria y eso genera territorialidad, porque la gente no necesita irse para trabajar. Históricamente el industrial no ha sabido comunicar su labor, trabaja puertas adentro. Quizás muchas veces promueve el producto para los consumidores potenciales, pero pocas veces hemos tenido campañas de comunicación respecto de lo que aporta la industria a la comunidad. En otros países como Brasil, por ejemplo, la sociedad está orgullosa de la industria. Nosotros todavía no alcanzamos ese estadio. Sí lo alcanzó el campo. Creo que es uno de los puntos sobre los que tenemos que trabajar las gremiales empresarias industriales para mostrar toda la contribución que hacemos”.

Fuente: Diario El Litoral.